viernes, 25 de abril de 2008

¡Dibújame!... ¡Llámame!

No me importa mi físico, ya que son vuestros ojos los que lo dibujan, eso sí, únicamente me han visto aquellos que me han hablado y han confiado en mí.

Yo no me veo, me siento. El chico con el que vivo en estos instantes dice que tengo el pelo rapado, que mi cara es bonita y limpia, que el amarillo y el naranja se funden en mis ojos hipnotizantes, que tan solo mido un metro y que mi cuerpo es espectacularmente bello. Seguro que cuando conocí a Ángel me veía diferente (ah, que su novia no se asuste, nuestra historia fue antes de la Era Aurora).

Mi nombre es otra de mis paradojas, ya que siempre me encuentro en compañía de alguien. Nunca me he planteado si me parece bonito o feo "Soledad", sólo se que me gusta que me llamen. Hace que me sienta más viva. No tengo padres, nací como todo el mundo, así de repente. Tampoco tengo hermanos, ni hijos. He vivido en todo tipo de hogares, he conocido todos los países, todas las ciudades, todos los pueblos, todas las aldeas, y como ya os comenté, he convivido con millones de personas, pero he conocido a todas las personas que han pasado por este mundo (aunque muchas no hayan querido acercarse a una servidora).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Soledad...Somos tantas las personas que hemos compartido contigo tantos momentos...Tú no necesitas excusarte ante nadie, pues eres parte de la vida de tantos seres que es imposible que recuerdes a cada uno de ellos.Al igual que compartiste tiempo junto al Ángel que ahora me acompaña tambien estuviste a mi lado en numerosas ocasiones, en las que a veces me ayudaste y en otras no fuí tan feliz, pero la cuestión es que estuviste ahí y formaste parte de mi existencia...Enhorabuena por reaparecer en nuestros recuerdos y en expresar aquello que sientes.